Cine argentino de terror estrenado a gran escala, algo que no se ve hace años en las salas de cine.
Sudor frío cuenta la historia de Román (Facundo Espinoza) y Ali (Marina Glezer), los dos amigos
que se adentran en la casa de los torturadores para buscar a la ex novia de él, Jaquie (Camila
Velasco) Luego descubrirán que esa casa funciona como una base de secuestro de chicas por
medio del chat, dirigida por dos torturadores que guardan cajas de explosivos desde la dictadura
militar y que utilizan sustancias como nitroglicerina y ácido para torturar a sus víctimas.
Sudor frío cuenta la historia de Román (Facundo Espinoza) y Ali (Marina Glezer), los dos amigos
que se adentran en la casa de los torturadores para buscar a la ex novia de él, Jaquie (Camila
Velasco) Luego descubrirán que esa casa funciona como una base de secuestro de chicas por
medio del chat, dirigida por dos torturadores que guardan cajas de explosivos desde la dictadura
militar y que utilizan sustancias como nitroglicerina y ácido para torturar a sus víctimas.
Al principio el diálogo entre Román y Ali asusta, pero no de la esperada manera en la que asusta una película de terror, sino de la mala: las líneas parecen forzadas en una escena poco creíble y dema
siado tecnológica al estilo espionaje. Pero una vez que entran en la lúgubre casa y la acción se adueña de la pantalla, las cosas cambian.
siado tecnológica al estilo espionaje. Pero una vez que entran en la lúgubre casa y la acción se adueña de la pantalla, las cosas cambian.
Por ser una película de terror (aunque podría decirse suspenso perfectamente), la importancia de los diálogos se opaca por la música, el sonido y lo visual. A Sudor frío le viene muy bien, gracias a eso
se la podría ubicar en la categoría de muy buena, porque aunque los diálogos no terminan de conven
cer (y con cada palabra se puede imaginar el libreto cercano, sobre todo entre los torturadores), el film
se la pasa equilibrándose entre esa falencia y el resto de los elementos que la contrarrestan: excelente fotografía, algunos momentos físicos muy buenos de los tres actores, música acorde, planos matadores
y cámaras lentas espectaculares.
se la podría ubicar en la categoría de muy buena, porque aunque los diálogos no terminan de conven
cer (y con cada palabra se puede imaginar el libreto cercano, sobre todo entre los torturadores), el film
se la pasa equilibrándose entre esa falencia y el resto de los elementos que la contrarrestan: excelente fotografía, algunos momentos físicos muy buenos de los tres actores, música acorde, planos matadores
y cámaras lentas espectaculares.
La tensión se instala y no da tregua entre la oscuridad, primeros planos desesperantes, sonidos gutu
rales y la banda sonora con guitarras y bajos que aumentan de intensidad. Para los que duden si verla
por ser impresionables, es más la sangre ajena encima de los actores, que las de heridas que les infligen. Vale la aclaración: mucha sangre, pero poca carne.
rales y la banda sonora con guitarras y bajos que aumentan de intensidad. Para los que duden si verla
por ser impresionables, es más la sangre ajena encima de los actores, que las de heridas que les infligen. Vale la aclaración: mucha sangre, pero poca carne.
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