Si algo no ha escaseado en la cosecha terrorífica de este pasado 2009, han sido los remakes, y es que ha habido para todos los gustos y de todos los colores, pero si había uno al que le tenía ganas, ese fue el del clásico de Wes Craven "La Última casa a la izquierda", para mi gusto una de las películas mas atroces que ha dado el género, dirigida para la ocasión por Dennis Iliadis con muchos mejores resultados de los esperados aunque a años luz de la crudeza del original. Esto viene al caso por que "No Moriré Sola", película que nos ocupa, recupera en gran medida las sensaciones (aunque sea a caballo pasado) que experimenté en su día con la cinta de Craven, por que no se puede negar que la película dirigida por el cineasta argentino Adrián García Bogliano, quien ya diese muestras de lo impactante de su cine con algunos de sus trabajos previos como "Habitación para Turistas", "Grité una Noche" o "36 Pasos", que aquí supera con creces en cuanto a brutalidad con una propuesta que dificilmente dejará a alguien indiferente.
Con una original y fresca secuencia de créditos a ritmo del delirante tema musical "Pastillas y putas" compuesto por Hernan Penner e interpretado por "Movimiento Popular Masoch", se da el pistoletazo de salida a "No Moriré Sola", una por otro lado nada original "road-movie" que tiene como una de sus principales virtudes, recuperar el estilismo de los años 70 (algo parecido a lo que ya pudimos ver en la recomendable "The House of the Devil"), fuertemente influenciada por la citada "La Última Casa a la Izquierda" y por que no, con algunos guiños al "Death Proof" de Tarantino, homenajeando aquel subgénero nacido del Exploitation al que algunos llamaron "Rape & Revenge" (violación y venganza) que tanta popularidad alcanzó en la época. Poniéndonos de nuevo en la carretera, concretamente en las jóvenes carnes de cuatro muchachas que viajan por tierras argentinas en coche hacia un destino indeterminado y que en un momento dado de su viaje, encuentran a una chica agonizando en la cuneta entre los matorrales, cerca de la cual, un grupo de cazadores furtivos se divierten disparando sus rifles entre los arboles. Intentando no llamar la atención de estos, la recogen y la llevan a la comisaría del pueblo mas cercano, su sorpresa será cuando descubran que el jefe de policía es uno de los cazadores.
En esta ocasión, la historia es lo de menos, mera formalidad para que Bogliano nos sumerja en su enfermizo mundo, donde lo realmente importante es la forma de contarla, distanciándose por completo de las road-movies norteamericanas de la actualidad, por lo general a la merced de todos esos absurdos yugos de moralidad yankee, que en "No Moriré Sola" por supuesto, brillan por su ausencia y siguiendo el esquema marcado por este curioso subgénero que es o fué, el "rape & revenge", es decir, dos partes bien diferenciadas, la primera donde se nos enseña la fragilidad, virginidad y pureza de las protagonistas para acto y seguido destruir cualquier rastro de ello, en esta ocasión por medio de una perturbadora violación en grupo de mas de diez minutos que sin duda no caerá bien en todos los estómagos, donde todas las vejaciones inimaginables están permitidas, y una segunda parte donde las moralmente destruidas y ya no tan inocentes víctimas, se convierten en cazadoras y saldan la deuda con sangre.
Con un notable nivel tanto técnico como artístico, donde lejos de cualquier tipo de comercionalismo, Bogliano no duda en abusar hasta la saciedad de primeros planos, larguísimos planos fijos o abruptos movimientos de cámara, todo ello bajo un filtro de tonalidades ocres y colores gastados que nos transportan 40 años atrás en el tiempo, además de algunas buenas dosis de sangre (quizá no tantas como se podía esperar) de gran realismo.
nidodecuervos.com
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